¿Sabe usted qué es lo más importante de haber pasado por un campo de concentración? ¿Sabe usted qué es exactamente? ¿Sabe usted que eso, que es lo más importante y lo más terrible, es lo único que no se puede explicar? El olor a carne quemada. ¿Qué haces con el recuerdo del olor a carne quemada? Para esas circunstancias está, precisamente, la literatura. ¿Pero cómo hablas de eso? ¿Comparas? ¿La obscenidad de la comparación? ¿Dices, por ejemplo, que huele como a pollo quemado? ¿O intentas una reconstrucción minuciosa de las circunstancias generales del recuerdo, dando vueltas en torno al olor, vueltas y más vueltas, sin encararlo? Yo tengo dentro de mi cabeza, vivo, el olor más importante de un campo de concentración. Y no puedo explicarlo. Y ese olor se va a ir conmigo como ya se ha ido con otros.
P.D. Jorge Semprún, político, escritor, víctima del nazismo en Buchenwald, falleció ayer en París. Descanse en paz.
P.D. Este texto pertenece a una entrevista suya en El País, que puede encontrarse aquí.
Nota del Administrador de este blog....
Es totalmente cierto....Cuando trabajé como Supervisor de Seguridad Industrial (Y luego como Gerente de Seguridad Industrial) en la industria petrolera venezolana hace ya muchos años, algunas veces tuve que ir al Hospital Coromoto de Maracaibo, a obtener información sobre el estado de salud de algunos quemados en algun accidente industrial. El olor a carne humana quemada, es indescriptible y ciertamente repugnante.
Siempre recuerdo que uno de los quemados en una oportunidad, de nombre LC, luego del accidente trabajó para mí. Me contaba que estando en una camilla del Hospital Coromoto, y dormitando, pudo oir que uno de los médicos levantó su sábana e irresponsablemente mencionó "ÉSTE... ESTA LISTO" refiriendose al grave estado de LC.
LC, me recordaba en esa oportunidad que como pudo, giró su cabeza lentamente, y sin saber quien había pronunciado esa frase, le ripostó al médico: "EL COÑO DE TU MADRE ES EL QUE ESTÁ LISTO".
NOTA FINAL. LC sobrevivió al terrible accidente, fue un excelente supervisor bajo mi mando, y luego prosperó como hacendado exitoso. Se casó de nuevo, y su esposa tuvo un bebé que iluminó nuevamente su hogar. Dios lo quiso así!