El suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic se medirán mañana domingo en la final de Wimbledon, en lo que será el segundo enfrentamiento entre ambos por la definición de un título de Grand Slam.
Federer se deshizo en las semifinales disputadas este viernes del canadiense Milos Raonic por un triple 6-4 y Djokovic del búlgaro Grigor Dimitrov por 6-4, 3-6, 7-6 (7/2) y 7-6 (9/7).
"No fue fácil pero lo hice, y ahora espero con ganas un gran partido con Djokovic", dijo Federer.
"He ganado el trofeo aquí en el pasado, sé cómo hay que hacerlo", recordó el suizo de 32 años, siete veces ganador en el All England Club.
Djokovic, ha perdido tres de las cuatro últimas finales de torneos del Grand Slam que ha disputado, algo que "no es satisfactorio", explicó.
"Después de todo, es por lo que luchas. Día sí, y día también, estás ahí entrenando y soñando con ganar torneos de Grand Slam. Es tu inspiración", aseguró.
Pese a su constante presencia en las últimas rondas de casi todos los torneos grandes en los últimos 10 años, Federer y Djokovic disputaron sólo una final de uno de los cuatro torneos mayores, en el Abierto de Estados Unidos de 2007.
En aquella ocasión se impuso el suizo en tres sets por 7-6(7/4), 7-6(7/2) y 6-4.
A lo largo de su carrera, ambos han jugado 34 veces, con 18 victorias para el suizo y 16 para el serbio.
"A los dos nos gusta jugar desde la línea de fondo. También nos gusta atacar, particularmente en pistas rápidas", sostuvo Federer sobre el partido que espera.
"Su revés, su servicio, sus movimientos, son los (golpes) que ahora se destacan más", agregó sobre su rival.
A cada nuevo paso victorioso, Federer se encuentra en medida de agrandar su leyenda.
El domingo podría convertirse en el primer tenista en ganar ocho torneos de Wimbledon y en el segundo en anotarse en ocho ocasiones el mismo Grand Slam, algo que Rafael Nadal ya logró en Roland Garros. Siempre que Federer llegó a la final de Wimbledon ganó, salvo en 2008, ante Nadal.
Por su parte, Djokovic, de 27 años, podría ganar su segundo Wimbledon tras el título de 2011 y su séptimo título de Grand Slam.
El de más edad
Federer, 32 años y 332 días, se convierte en el jugador de más edad en disputar una final desde que lo hiciera el estadounidense André Agassi en el Abierto de Estados Unidos de 2005 (35 años y 135 días).
El suizo es ya el hombre que más torneos mayores ha ganado, 17, tres más que el estadounidense Pete Sampras y que Rafael Nadal.
Wimbledon llegó como una nueva posibilidad de un relevo generacional que se aplaza eternamente. Jugadores como Raonic y Dimitrov, de 23 años en ambos casos, y otros como Nick Kyrgios, el australiano de 19 años que eliminó a Rafael Nadal, o el japonés Kei Nishikori, de 24, parecían llamados a desbancar a los eternos Nadal, Federer, Djokovic y Andy Murray.
No ocurrió, y no parece que vaya a ocurrir inmediatamente, a juzgar por la contundencia con que los veteranos se impusieron. La sensación de que la tarde iba a ser apacible para Djokovic empezó a extenderse cuando se anotó su primer set por 6-4, haciendo valer una única ruptura del servicio de su rival.
Dimitrov despertó en el sexto juego del segundo set, que acabaría anotándose.
Todos los riesgos que había asumido hasta entonces, con golpes fuertes y profundos a las líneas y subiendo a conquistar puntos a la red, arrojaron los primeros dividendos y quebró el servicio de su rival.
Como ejemplo de quien se había mostrado más osado sobre la cancha, un dato: al término del segundo set, el búlgaro había ganado 16 puntos en la red, por 2 su rival.
Sin embargo, el servicio de Dimitrov fue muy pobre, en comparación con la consistencia que mostró el de Djokovic.
El búlgaro cometió 8 dobles faltas -tres en un solo juego-, una cifra que superaba de largo las 3,6 de media de los cinco partidos que lo habían traído hasta la semifinal. Falló además golpes fáciles en momentos claves, como en el sexto juego del cuarto set, una de sus últimas oportunidades de meterse de nuevo en el partido, cuando desperdició tres bolas para romper el servicio de Djokovic.
Más tarde desaprovechó hasta cuatro oportunidades para llevarse ese cuarto set a vida o muerte para él.
Al final, bajo presión, el veterano fue mejor.