Les quiero comentar algunas consideraciones, nada nuevas, incluso algunas que son del conocimiento común de muchas personas, pero que he querido resumir, acerca del manejo por parte del gobierno y sus voceros del tema relacionado con el lamentable asesinato del Diputado Robert Serra
1. Quienes hoy ostentan el control del gobierno aprovechan muy bien la muerte de uno de los suyos para reunificar y exaltar el ánimo de sus seguidores, así como para desviar la atención de los muchos temas de la sociedad venezolana que les incomodan al gobierno. Necesitan mártires. Le dan absoluta y total cobertura al tema, dándole un especial énfasis a un discurso polémico para generar mayor atención al tema.
2. Los líderes en el gobierno acusan a diestra y siniestra, desde el mismo momento del suceso y de forma repetitiva, señalando culpables entre sus presuntos adversarios, "el fascismo", "la extrema derecha", "los diputados la MUD", "Uribe", "la mafia mayamera", y uno que otro opositor; aunque en muchos casos, como por ejemplo, el de Otaiza (Asesinado por robo) y el fallecimiento de Hugo Chávez (Cáncer de varios años de evolución), sus muertes no tienen nada que ver con las acostumbradas teorías conspirativas de sicariatos o "inoculación" del cáncer.
3. Los seguidores del gobierno creen ciegamente y difunden las versiones de sus líderes en las redes sociales, masificando la idea de que todo fuera del gobierno es un enemigo maligno que hay que condenar y merece el peor de los castigos por "asesinos fascistas" relacionados con la "extrema derecha" y con Uribe, uniendo estas nuevas ideas del agente agresor externo con los viejos cliché de los "adecos asesinos de la cuarta", "si actúan hoy así siendo oposición, como será si estuvieran en el gobierno", por eso "no volverán".
Tengo un vago recuerdo de que en la mal llamada IV República, la muerte de un expresidente o de algún connotado político (incluso el aniversario de algún partido) era un punto de encuentro (temporal y de espacio mas no de opiniones) de los dirigentes de todos los partidos, indiferentemente si estos eran de oposición o del gobierno.
Hoy en día esto parece imposible, situación generada por el mismo gobierno. Es claro que una estrategia predilecta del chavismo ha sido la polarización, la confrontación y la división; especialmente una presunta división entre pobre y ricos, a sabiendas que la mayor masa de votantes está las clases menos pudientes, claro está, exaltando un sistema de sociedad en la que todos son iguales socio-económicamente, evitando que el pobre se haga rico, y que el rico tenga cada vez menos recursos. Pero todos sabemos quienes si se enriquecen.
En conclusión, la muerte de Robert Serra está siendo utilizada por el gobierno, a sabiendas o no, para consolidarse positivamente en la opinión de sus seguidores, para generar repudio hacia sus adversarios políticos, y para hacer olvidar temporalmente los muchos problemas que sufre la sociedad venezolana.