Que la economía nacional está mal es algo que todo venezolano sabe. Lo que preocupa es que todo indica que va a estar peor. La razón para el pesimismo es que a la falta de un plan gubernamental para enderezar el rumbo, se une la baja del precio del petróleo, caída que siempre ha puesto en aprietos a la economía endógena
Que la economía nacional está mal es algo que todo venezolano sabe. Lo que preocupa es que todo indica que va a estar peor. La razón para el pesimismo es que a la falta de un plan gubernamental para enderezar el rumbo, se une la baja del precio del petróleo, caída que siempre ha puesto en aprietos a la economía endógena.
En cuanto al manejo que se hace desde el Ejecutivo, todas las señales son para que las alarmas se prendan. En lo que va de año no se ha puesto sobre el tapete, ni menos se ha aplicado, un conjunto de medidas que permitan bajar la inflación, llenar los anaqueles, aumentar la producción nacional, crear empleo decente y mejorar las condiciones de vida de la inmensa mayoría.
Por el contrario, lo único que Nicolás Maduro y su combo han hecho es subirle el precio a buena parte de los bienes regulados y apelar a medidas autoritarias y policiales en la creencia de que esa es la forma de manejar la economía. Crasa ignorancia y desinformación histórica. Fracaso augurado y cumplido.
Nos permitimos recordar que allá por diciembre de 2013 se anunció un decreto para bajar el valor de los automóviles y venderlos a "precio justo". Todos podemos comprobar que ese decreto no sirvió para nada: no hay carros y los que se consiguen están a precios estratosféricos.
En agosto pasado se creó una Comisión Nacional de Lucha contra el Contrabando. Se dijo en cadena que 40% de lo importado se lo llevaban los contrabandistas, causa del desabastecimiento.
Como corolario de lo anterior se enviaron soldados a la frontera, como si antes no los hubiera, pero pasados ya más de dos meses de la medida, los anaqueles siguen vacíos, el consumidor tiene que hacer un tour para completar el mercado, y casi nunca lo logra, por lo que deducimos que el contrabando sigue gozando de buena salud o el mismo no es la razón de la escasez.
La semana pasada el ministro de Finanzas, Marco Torres, presentó las premisas del presupuesto de 2015. Parece más bien un cuento de mentiras: dólar a 6,30; inflación entre 25% y 30%; menos gastos de los que ya se ha incurrido este año y precio del petróleo a 60 dólares, posiblemente lo único que se cumpla y porque no depende del gobierno de Maduro.
Como para que la falta de fe en el manejo económico crezca, tanto el presidente Maduro como el ministro Torres, nos dicen que no va a haber ningún problema porque el precio del barril petrolero venga bajando. Que todo está bajo control. No hay que tener mucha imaginación para darse cuenta que de persistir ese descenso el 2015 va a ser un año todavía peor que el actual, pues en este el precio del barril todavía está, en promedio, por encima de 90 y todos los indicadores económicos están en rojo, rojo PSUV por cierto.
En estos momentos el mercado petrolero mundial le está dando otra lección de economía a la cúpula que nos gobierna. Durante los últimos años los precios fueron robustos, lo que permitió que se hicieran inversiones para extraer crudos que requerían tecnologías muy costosas que antes los hacían inviables.
Esto provocó que la oferta se incrementara y los precios empezaran a bajar. Sería interesante que siguieran ese ejemplo y tomaran medidas para que la producción interna aumente, los precios bajen y los anaqueles se llenen. Nos saldría todo mucho más barato que mandar soldados a la frontera y crear inútiles entes burocráticos para bajar precios.
Las ideas trasnochadas que tienen sobre el manejo de la economía nos han traído hasta donde estamos. No se ven por ningún lado intentos serios de rectificar, solo parecen convencidos de que sus recetas son acertadas, lo que nos puede llevar al desastre. Sería bueno que le pidieran consejos a Evo, Correa y Dilma. Allá no hay personajes como Andrés Eloy Méndez, no tienen que mandar soldados a la frontera para evitar el contrabando y la inflación es de un dígito. Coge consejo Nicolás.