domingo, 6 de marzo de 2011

OPINION DE UN PERIODISTA HIPICO

La actividad hípica está sumergida en una gran crisis y en diferentes aspectos. El tema principal y una de las bases más débiles, ha sido la falta de respeto entre todos los que hacemos vida en la industria de las carreras de caballos. Es así.

Lamentablemente las apuestas y en algunos casos, la mentalidad de un apostador perdedor, permite debilitar las bases de nuestro hipismo.
Hoy ya entre los gremios se acorta el respeto. No hay dudas que se presentan resultados inesperados en las carreras y adobados con las habituales "dormideras" ya ratificadas por la Dirección de Toxicología del INH.
También es cierto que existen pocos jinetes y entrenadores que son débiles a la hora de conservar su honestidad y pundonor frente a su familia.
Sin embargo, no todos los que laboran en los gremios y que forman parte directamente del espectáculo, tienen el sello que los identifica como desleales.
Hoy nuestro hipismo ha perdido la identidad e insisto: el respeto. Aquí es donde tienen que asumir el rol las organizaciones que asumen el mando de los hipódromos y en concordancia con los medios de comunicación social.
Todavía estamos a tiempo de cambiarle el rostro a nuestra hípica. Que el INH adelante una estrategia comunicacional dirigida a las apuestas. Resulta el suero que necesita a diario. No obstante, una para fomentar el deporte hípico y así zafarnos de esa etiqueta de envite y azar que permite que nos vean por encima del hombro. Vamos, pues. 

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