SAN JUAN (AP) --
Haber vivido más de un siglo podría significar una carga física y emocional para muchas personas, pero no para el ex pelotero puertorriqueño Emilio "Millito" Navarro, quien varias veces afirmó que "a boca llena puedo decir que soy una persona feliz".Navarro, considerado el ex pelotero profesional más anciano del mundo, falleció el sábado a los 105 años en la ciudad puertorriqueña de Ponce, dijo su familia en un comunicado.
"Millito", nacido el 26 de septiembre de 1905, murió en el hospital San Lucas "acompañado de toda su familia", dijo el breve parte de prensa. Había sido internado el miércoles tras sufrir un infarto.
Navarro se convirtió en una leyenda en el mundo del béisbol tras ser el primer puertorriqueño que participó en las ligas negras al sumarse a los Cuban Stars de Nueva York en 1928. Se lo consideraba el último sobreviviente de la Liga Negra Americana.
"No me preocupo por el pasado porque agua pasada no mueve molino", aseguraba el ex pelotero en su biografía "Millito Navarro, una leyenda centenaria", de la catedrática Daliana Muratti. Allí se jactaba de que su salud siempre fue la mejor por el cuidado que ponía en su dieta.
"Hay que comer para vivir y no vivir para comer, hacer las cosas con moderación, no con exceso", decía. "Amar a Dios sobre todas las cosas y hacer el bien a los demás".
Navarro, un rápido pelotero de cuadro interior de 1,62 metros (cinco pies y cinco pulgadas), se hizo fama por su habilidad para robar bases. Fue primer bateador y campocorto de los Cuban Stars, que militaban en la Eastern Colored League.
Además, el boricua jugó en República Dominicana con los Leones del Escogido a finales de la década de 1920 y en Venezuela con los equipos de La Guaira, Magallanes y Caracas a comienzos de la década de 1930.
En Puerto Rico, fue el intermedista de los Leones de Ponce por unos 20 años.
Navarro nació en Patillas, un municipio costero a 74 kilómetros (46 millas) al sur de San Juan. Sin embargo, la mayor parte de su vida transcurrió en Ponce, la principal ciudad sureña de la isla, a 112 kilómetros (70 millas) de la capital. Le sobreviven cuatro hijos, 11 nietos, nueve bisnietos y un tataranieto.
"Fue un padre exquisito y excelente", dijo a The Associated Press su hijo Eric Navarro Torres. "Nos educó con mucha honestidad y sobre todo con mucho respeto para todo el mundo".
"La pérdida es fuerte", agregó su nieto Eric Navarro Rivera. "Pero fueron 105 años de grandeza. El se entregó a todo el mundo"
A la vez que se desempeñaba como pelotero, en la década del 30 "Millito" fue maestro de educación física en varias escuelas elementales de Ponce. Tras su retiro, siguió ligado al béisbol como entrenador y dirigente.
Recordado por su agilidad mental y su gran sentido del humor, Navarro aseguró en 2009 que los homenajes a los peloteros de las ligas negras de Estados Unidos eran la manera en que las Grandes Ligas querían reivindicarse y "pedir perdón" por haberlos discriminado al no permitirles jugar en las mayores.
De todos modos, "Millito" participó de algunos de esos homenajes, como el draft honorífico de jugadores de las ligas negras en 2008, en el que fue seleccionado por los Yanquis de Nueva York. También asistió al homenaje realizado por los Padres de San Diego en el PETCO Park en 2009 y a otro en el Orioles Park de Baltimore en 1993.
"Para mí es una de las cosas más importantes de mi vida que a esta edad me llamen para ir a tantos sitios", dijo Navarro a la AP en junio de 2009. "Me siento muy orgulloso".
"En aquel tiempo hubo mucho racismo, pero es bueno que ahora se disculpen", agregó. "Los peloteros negros sufrimos mucho en esa época porque hasta teníamos que ir a restaurantes diferentes".
Navarro consideraba que los jugadores de aquel tiempo eran igual de buenos que los de ahora. Recordaba en especial a compañeros como el cubano Martín Dihigo, José María Fernández y Francisco "Pancho" Coímbre.
Fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño y al Museo de la Herencia Hispana en el Béisbol en California. En 2005, el Museo del Deporte de Puerto Rico instituyó el Premio Millito Navarro para deportistas destacados.
Ese mismo año, al cumplir 100 años, Navarro fue contratado por un día como entrenador de los Leones de Ponce, su antiguo equipo, con lo que entró al libro de récords Guinness como el coach de más edad.
Desde 1996, una calle en Ponce lleva su nombre.
Navarro siempre se mostró orgulloso de haber mantenido su agudeza y su actitud positiva.
En entrevista con la AP, Navarro dijo que había enviudado hace más de 20 años.
"Pero la gente a veces me pregunta si tengo alguna novia", dijo entre risas. "Yo les contesto: 'I'm free, alone, available and easy to catch' (Estoy libre, solo, disponible y soy fácil de atrapar)".
"Estoy vivito y coleando", agregó.
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