Maduro, quien llegó a la Presidencia de la República gracias al cáncer del fallecido presidente Hugo Chávez y a un CNE parcializado y nada transparente, carece de todo carisma y una mayoría de los venezolanos que se considera chavista no siente un especial agrado por él.
A esto se le añade que Maduro no tiene ideas coherentes ni propuestas de ningún tipo acerca de cómo sacar a Venezuela del hoyo en el que la revolución bolivariana ha hundido a la nación de Simón Bolívar durante los 14 años de reinado de Chávez. Por el contrario, Maduro ha hecho un esfuerzo sobre-humano para empeorar la crisis durante su primer mes en el poder, buscando enfrentamientos con sus oponentes e incluso algunos de sus seguidores. Maduro, un presidente con una legitimidad cuestionable, también se ha quejado a menudo durante el último mes de que sus "enemigos" quieren asesinarlo, mientras que un obsecuente estamento militar persigue y tortura a sus críticos, y ahora culpa a la empresa privada de la rápida implosión de la economía y la escasez generalizada.
Maduro anunció el lunes que está "preparando medidas para evitar la guerra económica contra el país". Dejó en claro que cree que el sector privado está tratando de crear el caos en la economía y con ello desestabilizar su gobierno. Maduro no ofreció ningún indicio acerca de las medidas que estaría considerando, pero es absolutamente previsible de que cualquier cosa que esté cocinando sin duda acelerará el colapso económico de Venezuela y el conflicto social y político resultante que ya está emergiendo.
Maduro ocupa la Presidencia oficialmente desde el 19 de abril, pero ha estado a la cabeza del Estado de hecho desde el 10 de enero cuando un Chávez agonizante no pudo juramentarse tal como establece la Constitución y el Tribunal Supremo validó lo que resultó ser un golpe de Estado realizado por el PSUV y diseñado desde La Habana.
Durante los cuatro meses que Maduro ha estado a cargo de la Presidencia, Venezuela viene haciendo aguas por todos lados: Ha sufrido el peor desabastecimiento de alimentos, medicinas y prácticamente de cualquier producto que consumen los venezolanos. La inflación de enero a abril ha sido la más alta de la que se tenga memoria reciente, marcando una tendencia que bien la podría llevar a más de 30% en el año gracias, en parte, a dos devaluaciones sucesivas en febrero y marzo.
La crisis eléctrica sigue campeando, y los apagones son cada vez más frecuentes desde inicios de 2013. Los delincuencia que cobró más de 16.000 vidas en 2012, también se ha multiplicado desde que Maduro asumió la Presidencia el 10 de enero.
Las malas mañas del régimen bolivariano también han quedado más expuestas que nunca desde que Maduro asumió el cargo. En abril, el servicio de inteligencia SEBIN arrestó a varias personas, entre ellas, al recién destituido presidente de Ferrominera Orinoco quien fue acusado de robarse enormes volúmenes de mineral de hierro. Funcionarios que conocen acerca de la investigación señalan que al parecer alrededor de 20% de la producción de hierro de Ferrominera ha sido robado sistemáticamente durante varios años.
Investigadores del FBI y la SEC en Estados Unidos también acusaron a una directiva del Bandes, el ente estatal que administra el dinero proveniente de los préstamos pagaderos con petróleo otorgados por China, de haber aceptado sobornos relacionados con transacciones financieras ilegales.
Un altísimo número de las nuevas "viviendas" para los pobres que fueron construidas principalmente por empresas extranjeras a precios enormemente inflados en 2011 y 2012 han empezado a desmoronarse con grietas en los pisos, techos y paredes, fugas de aguas blancas y drenajes y otros problemas estructurales por los que las viviendas son inseguras e inhabitables.
Cadivi no ha aprobado ni un solo dólar este año, porque al parecer el régimen no tiene divisas, tras haber gastado más de lo que Petróleos de Venezuela es capaz de producir desde el punto de vista operativo.
Por supuesto, los estados financieros y operativos oficiales de PDVSA están basados en datos mayormente falsos o manipulados con el fin de ocultar el colapso de la industria. Sin embargo, la situación será peor en los próximos meses, en particular si Maduro continúa con las políticas actuales de avivar conflictos innecesarios, perseguir a sus críticos, golpear al sector privado y regalar a otros gobiernos más dinero y petróleo de los que el país puede.
A esto se le añade que Maduro no tiene ideas coherentes ni propuestas de ningún tipo acerca de cómo sacar a Venezuela del hoyo en el que la revolución bolivariana ha hundido a la nación de Simón Bolívar durante los 14 años de reinado de Chávez. Por el contrario, Maduro ha hecho un esfuerzo sobre-humano para empeorar la crisis durante su primer mes en el poder, buscando enfrentamientos con sus oponentes e incluso algunos de sus seguidores. Maduro, un presidente con una legitimidad cuestionable, también se ha quejado a menudo durante el último mes de que sus "enemigos" quieren asesinarlo, mientras que un obsecuente estamento militar persigue y tortura a sus críticos, y ahora culpa a la empresa privada de la rápida implosión de la economía y la escasez generalizada.
Maduro anunció el lunes que está "preparando medidas para evitar la guerra económica contra el país". Dejó en claro que cree que el sector privado está tratando de crear el caos en la economía y con ello desestabilizar su gobierno. Maduro no ofreció ningún indicio acerca de las medidas que estaría considerando, pero es absolutamente previsible de que cualquier cosa que esté cocinando sin duda acelerará el colapso económico de Venezuela y el conflicto social y político resultante que ya está emergiendo.
Maduro ocupa la Presidencia oficialmente desde el 19 de abril, pero ha estado a la cabeza del Estado de hecho desde el 10 de enero cuando un Chávez agonizante no pudo juramentarse tal como establece la Constitución y el Tribunal Supremo validó lo que resultó ser un golpe de Estado realizado por el PSUV y diseñado desde La Habana.
Durante los cuatro meses que Maduro ha estado a cargo de la Presidencia, Venezuela viene haciendo aguas por todos lados: Ha sufrido el peor desabastecimiento de alimentos, medicinas y prácticamente de cualquier producto que consumen los venezolanos. La inflación de enero a abril ha sido la más alta de la que se tenga memoria reciente, marcando una tendencia que bien la podría llevar a más de 30% en el año gracias, en parte, a dos devaluaciones sucesivas en febrero y marzo.
La crisis eléctrica sigue campeando, y los apagones son cada vez más frecuentes desde inicios de 2013. Los delincuencia que cobró más de 16.000 vidas en 2012, también se ha multiplicado desde que Maduro asumió la Presidencia el 10 de enero.
Las malas mañas del régimen bolivariano también han quedado más expuestas que nunca desde que Maduro asumió el cargo. En abril, el servicio de inteligencia SEBIN arrestó a varias personas, entre ellas, al recién destituido presidente de Ferrominera Orinoco quien fue acusado de robarse enormes volúmenes de mineral de hierro. Funcionarios que conocen acerca de la investigación señalan que al parecer alrededor de 20% de la producción de hierro de Ferrominera ha sido robado sistemáticamente durante varios años.
Investigadores del FBI y la SEC en Estados Unidos también acusaron a una directiva del Bandes, el ente estatal que administra el dinero proveniente de los préstamos pagaderos con petróleo otorgados por China, de haber aceptado sobornos relacionados con transacciones financieras ilegales.
Un altísimo número de las nuevas "viviendas" para los pobres que fueron construidas principalmente por empresas extranjeras a precios enormemente inflados en 2011 y 2012 han empezado a desmoronarse con grietas en los pisos, techos y paredes, fugas de aguas blancas y drenajes y otros problemas estructurales por los que las viviendas son inseguras e inhabitables.
Cadivi no ha aprobado ni un solo dólar este año, porque al parecer el régimen no tiene divisas, tras haber gastado más de lo que Petróleos de Venezuela es capaz de producir desde el punto de vista operativo.
Por supuesto, los estados financieros y operativos oficiales de PDVSA están basados en datos mayormente falsos o manipulados con el fin de ocultar el colapso de la industria. Sin embargo, la situación será peor en los próximos meses, en particular si Maduro continúa con las políticas actuales de avivar conflictos innecesarios, perseguir a sus críticos, golpear al sector privado y regalar a otros gobiernos más dinero y petróleo de los que el país puede.
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