CORTESIA: ANTONIO JOSE MEDINA
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Más de 3 mil damnificados llevan 9 meses en La Rinconada |
Sorprendente el panorama que observé el miércoles en la tribuna C del hipódromo La Rinconada. Se ratificó la poca voluntad de gerencia en pro del espectáculo hípico y, concretamente, del futuro de una industria.
Los damnificados, reitero, no tienen la culpa de una situación lamentable. Viven en medio de filtraciones, humedad y aguas negras. No se cansan de pedir ayuda para que le mejoren el refugio, mientras esperan su anhelada vivienda.
El problema estriba en que ni siquiera hay un gerente del INH con el desafío de visitar la tribuna y constatar la desidia. Son cómplices de la indolencia y de la debacle de una obra arquitectónica que fue reconocida en el ámbito mundial. Es así.
Comparto la declaración de Ángel Francisco Parra de que para ser gerente del INH tiene que sentir y apreciar la hípica. Conocer su historia y sus grandes momentos bajo el apoyo de los aficionados. Qué va, la política y el mal manejo de algunos recursos públicos estarán siempre por encima de la voluntad de sacar adelante a nuestra hípica.
Y no vayan a decir que es una campaña del diario Líder para menospreciar al INH. Es la dura realidad. Una campaña para llamar la atención que en 12 años no han podido enderezar el esperado destino del hipismo. El informe de la Contraloría General de la República es categórico y reveló las maniobras. Los jefes involucrados se fueron tranquilos. Se evidenciaron situaciones contrarias a los principios constitucionales de legalidad y no ha pasado nada.
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