miércoles, 3 de octubre de 2012

ERNESTO GARCIA MAC-GREGOR ESCRIBE


Verdades Dolorosas
Ernesto García Mac-Gregor

CON ODIO EN EL CORAZÓN
Me comentaba un amigo, que él no había odiado a nadie en su larga vida, pero que en uno de esos frecuentes apagones nocturnos, mientras sudaba la gota gruesa por el sofocante calor, se le ocurrió usar un radio de batería para así apaciguar el hastío que lo carcomía. Por desgracia, le tocó una de las fastidiosas, recalcitrantes, consuetudinarias y sobre todo, odiosas cadenas del innombrable. El colmo fue cuando afirmó que en el Zulia no había racionamiento de electricidad.
Allí, en plena oscuridad se caló su grosería detestable, sus ofensas, vulgaridades, revanchismo, humillación, burlas e insultos a quienes lo adversan; su odio contra todos quienes tienen éxito, su infinita capacidad para mentir y engañar, su cinismo para justificar la ineficacia, la corrupción y el derroche de su gobierno, su hostilidad contra el mundo civilizado, su alineamiento con terroristas, narcotraficantes y personajes que tienen como fuente fundamental de su energía vital el odio.
Allí percibió la carga emocional bipolar de sus arrebatos de cólera impropios de la investidura presidencial y que contrasta con las lágrimas de cocodrilo de un manso corderito que besa a una tierna viejita. Todo lo cual hacen que no merezca ninguna consideración mas allá de la que se debe a quien ejerce la altísima magistratura que en mala hora cayó en sus manos. Lo peor del caso es que todo esto lo hace a través del canal de todos los venezolanos.
Se trata de un encantador de serpientes que manipula con la herramienta histriónica para lograr su objetivo, que nada tiene que ver con aliviar el dolor y la pobreza de un pueblo, sino afianzar el proyecto megalómano de convertirse en el líder revolucionario de este siglo, sucesor del asesino Fidel, su padre putativo. Ha sabido rodearse de la miseria de un pueblo para mantenerlo en la pobreza con promesas imposibles de cumplir y hasta se aprovecha de las calamidades naturales para invadir nuevas fincas en plena producción.
El pueblo quiere un país donde la verdad venza a la mentira y el amor derrote al odio social. Que oiga quien tiene oídos…

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